La infertilidad atribuida a factores tanto masculinos como femeninos afecta a millones de parejas en todo el mundo. Aunque las tecnologías de reproducción asistida (ART) pueden evitar algunos de estos problemas de fertilidad, la eficacia de los tratamientos depende en gran medida de la calidad de los ovocitos utilizados. Con frecuencia, los ovocitos de pacientes de edad avanzada o con otros trastornos de fertilidad (por ejemplo, síndrome de ovario poliquístico, endometriosis) no se fertilizan, producen embriones que interrumpen su desarrollo durante las primeras etapas o se convierten en blastocistos con anomalías cromosómicas. El uso de ovocitos de donante puede representar un enfoque efectivo para mejorar las posibilidades de éxito de un tratamiento de FIV en estos pacientes, sin embargo, los niños resultantes no están genéticamente relacionados con la madre y, por lo tanto, es deseable desarrollar otras alternativas.